La ansiedad puede aumentar con cualquier cosa, desde un examen a una entrevista laboral, pasando por una cita o la llegada de las vacaciones. La buena noticia es que se puede aprender cómo tratar la ansiedad, aprovechando las propiedades de ciertos elementos naturales para calmarte y relajarte.
Si sientes el estómago revuelto, aumenta el sudor, tienes pensamientos pesimistas, el pulso se te acelera, tienes problemas de concentración y estás de mal humor, puede que estés sufriendo de ansiedad. No te preocupes, existe una solución adecuada para ti.
A continuación te compartimos 19 consejos fáciles y efectivos para controlar la ansiedad.
19 consejos y remedios para tratar la ansiedad de forma natural
1. Date un baño de agua caliente
Puede ser de inmersión o no, según lo prefieras. Lo cierto es que el agua caliente te ayudará a reducir las revoluciones en tu interior. Si quieres aún un efecto más relajante, añade aceites esenciales de lavanda (o flores secas) en el agua. También puedes encender un incienso con este aroma.
2. Reduce el consumo de cafeína y alcohol
No sólo la cafeína está en el café, sino también en el té y en los refrescos. Lo mismo ocurre con las bebidas alcohólicas. Trata de evitar beberlas, sobre todo cuando tienes un cuadro de ansiedad. Si estás muy acostumbrado a desayunar con café o a beberlo durante la jornada laboral, opta por zumos naturales o batidos.
3. Bebe un té de valeriana
Esta hierba que no tiene un olor muy agradable, es realmente buena para calmar la ansiedad y los nervios. Para que te des una idea de su capacidad relajante, la valeriana es uno de los compuestos que se utilizan en las pastillas ansiolíticas. Te ayudará a conciliar el sueño, evitar el insomnio. Bebe una taza a la mañana y otra a la noche y lograrás efectos maravillosos.
4. Consume más cebolla y apio
Según las investigaciones, el apio tiene un nutriente que reduce la producción de las hormonas del estrés. La cebolla, contiene otros componentes también muy buenos para aliviar la ansiedad. Puedes incluir dos tazas de apio o cebolla en tu dieta diaria.
5. Consume hierba de San Juan
Es una de las mejores opciones para reducir el estrés y por ello es recomendado por los que más saben sobre cómo tratar la ansiedad. Y lo bueno es que permite eliminar la depresión (que en muchos casos está relacionada a la ansiedad). Bebe una taza o dos por día de té de hierba de San Juan.
6. Pasiflora
Combina un puñado de hojas secas de Flor de la Pasión o Pasiflora con unas gotas de aceite esencial de lavanda o de limón. Haz una especie de cataplasma y coloca en las sienes, con movimientos circulares, cierra los ojos y empezarás a sentir la calma.
7. Aceite esencial de neroli
Mezcla en un recipiente de vidrio con tapa hermética 3 gotas de aceite esencial de neroli, 2 gotas de resina de benjuí, 2 gotas de aceite de ilang-ilang, 2 gotas de aceite esencial de geranio, 1 gota de aceite de incienso, 2 gotas de aceite de palo de rosa y 1 gota de aceite esencial de rosa. Inhala directamente del frasco en el preciso momento que comienzan los síntomas de ansiedad generalizada.
8. Mezcla de flores
Mezcla en partes iguales las siguientes flores (bien picadas o machacadas en un mortero): manzanilla, tila, hisopo, espliego y lúpulo. Extrae una cucharada y coloca en una taza con agua hirviendo. Tapa, deja refrescar y bebe.
9. Remedios con hierbas para la ansiedad
Mezcla 15 gramos de cada una de estas plantas, todas secas y picadas: toronjil, hierba gatera, tilo y lavanda. Extrae cuatro cucharadas y vierte en un litro de agua hirviendo, deja infusionar durante 10 minutos, cuela y bebe el líquido antes de que se enfríe, después de las comidas. No más de seis tazas al día.
10. Aceite de jojoba
Mezcla en un recipiente 2 cucharadas de aceite de jojoba, 5 gotas de aceite esencial de naranjo o azahar, 4 gotas de aceite esencial de mandarina y 5 gotas de aceite esencial de lavanda. Realiza masajes en el abdomen y en la columna vertebral para reducir la ansiedad. También puedes mezclarlo con un litro de agua caliente dos cucharadas de sal y verter en la tina para darse un baño de inmersión de 15 minutos.
11. Infusión de plantas medicinales para la ansiedad
Mezcla un puñado de cada una de estas hierbas: pasiflora, melisa, tilo y albahaca. Extrae una cucharada y vierte en una taza de agua hirviendo. Tapa, deja refrescar, cuela y bebe. Puedes consumir por la mañana y por la noche antes de dormir. Realiza una infusión con una cucharada de flores secas de lúpulo en medio vaso de agua hirviendo. Tapa, deja refrescar unos minutos, cuela y bebe. Es una de las alternativas más eficaces para tratar la ansiedad, pero no se debe abusar de ella ni consumir más de tres tazas diarias.
12. No te satures de tareas
Si tu agenda está repleta de cosas para hacer, nunca podrás eliminar la ansiedad. Claro, porque el hecho de querer terminar con todo lo que está anotado conlleva a sentirse estresado y a la vez, ansioso. Aprende a decir que no si no puedes hacerte cargo de cierta tarea, organiza tu tiempo de manera tal que te queden horas libres para el esparcimiento o el descanso, no quieras hacer todo el mismo día, etc. Y atención, que esto no sólo se refiere a obligaciones laborales, sino también a actividades personales como salidas, fiestas, eventos, reuniones, etc.
13. Duerme el tiempo suficiente
No todas las personas necesitan la misma cantidad de horas de sueño para sentirse plenos, relajados y descansados. El promedio indica que son 8 horas, pero todo depende de ti. La falta de sueño se convierte en una mayor producción de hormonas relacionadas al estrés y a la ansiedad. Trata, a su vez, de despertarte y acostarte siempre a la misma hora, para que el cuerpo esté acostumbrado a esa rutina. Deja alejados el ordenador, el móvil, la televisión y cualquier aparato electrónico que pueda afectar tu ciclo de sueño. Si puedes, no dudes en dormir la siesta algunos días a la semana.
14. Lleva un diario sobre tu problema
La ansiedad muchas veces ocurre porque no podemos encauzar correctamente algo que nos inquieta. Si escribes sobre tus preocupaciones, quizás sea una excelente manera de eliminarla de tu vida. Además, te servirá para comprender tu problema, darte cuenta en qué momentos eres más ansioso o con que cosas en particular. Y tú mismo tendrás la posibilidad de encontrar una solución para estar más calmado.
15. Haz ejercicios
Diferentes investigaciones han afirmado que el deporte y la actividad física alivian la ansiedad, porque mejoran la sensación de bienestar en ese momento y además el efecto dura varias horas más una vez terminado el ejercicio. Este se debe a que se liberan ciertas hormonas “de la felicidad”. Puedes elegir entre ejercicios cardiovasculares como andar en bicicleta, correr, o hacer boxeo; ejercicios para calmar la ansiedad como el yoga o el tai chi o simplemente, salir a caminar por el parque a pasear a tu perro.
16. Respira profundamente
Esta es otra de las maneras que tienes a disposición para eliminar la ansiedad. Las personas no saben cómo respirar correctamente y eso evita que estén calmadas. Debes hacerlo inspirando por la nariz, llenando bien de aire tus pulmones, extendiendo todo el abdomen y la caja torácica, manteniendo el aire algunos segundos y exhalando de forma pausada y tranquila. Esto te ayudará a disminuir el estrés. Repite varias veces cuando te des cuenta que estás a punto de padecer un cuadro de ansiedad.
17. Haz una actividad que te guste
Puede ser leer un buen libro, escuchar música, hacer manualidades, jugar con tus hijos o tus mascotas, cocinar, ordenar la habitación, hacer un curso, darte un baño de inmersión, pasear por la orilla del mar, etc. Esto te servirá para poner tu atención en otro lado, no en los problemas o en lo que desata tu ansiedad. Evita pensar en lo que no te hace bien y presta atención a aquellas cosas que te aportan felicidad y calma.
18. Pasa tiempo a solas
Si vives con tu familia puedes aprovechar cuando están en el trabajo o en la escuela o quizás pedirles que salgan a pasear un rato. Así, podrás disfrutar de tu casa y hacer lo que más te guste, desde meditar a quedarte mirando por la ventana, pasando por un baño de inmersión con sales minerales o mirar una película tomando helado. Enciende velas o sahumerios, coloca música relajante, come lo que te gusta: todo esto es parte de los tratamientos para la ansiedad.
19. Programa y libro VIVE SIN ANSIEDAD
¿Qué te han parecido estos consejos sencillos sobre cómo tratar la ansiedad? Ponlos en práctica lo antes posible para conseguir efectos duraderos, en especial si los combinas con un plan integral para acabar con la ansiedad de raíz, como el maravilloso sistema VIVE SIN ANSIEDAD, de Eric K Gutierrez.
Cada capítulo te guiará paso a paso para que aprendas todo lo necesario sobre la ansiedad y puedas acabar con ella combatiéndola desde sus orígenes más profundos. Su método se basa en ejemplos gráficos muy precisos de cómo se trata la ansiedad, que han ayudado a miles de personas de todo el mundo a recuperar el control de su vida.
20. Ejercicio para reducir la ansiedad
Para poder controlar un momento de ansiedad, debemos conseguir que nuestro cuerpo se relaje por completo, ya que de esa forma conseguiremos evitar la situación de falsa alerta que tiene nuestro cuerpo.
Para saber cómo nos tenemos que relajar, es conveniente que practiquemos habitualmente unos simples ejercicios de relajación que vamos a detallar ahora.
Estos ejercicios se deben realizar en un ambiente de luz tenue y tranquilo, sin el ruido de la televisión, y a ser posible, lejos de los ruidos de los coches. En una silla cómoda y en una posición relajada.
Es muy importante que durante este ejercicio respiremos abdominalmente, ya que la respiración abdominal es esencial para una relajación plena. En este tipo de respiración, al inspirar lo hacemos llenando la parte inferior de nuestros pulmones,consiguiendo llenarlos por completo, cosa que sin respirar abdominalmente nos sería imposible.
La respiración abdominal, es la forma de respirar más natural que hay. Los niños respiran de esta forma, y por eso son capaces de gritar de esa forma cuando se enfurruñan sin cansarse, o hacerse daño en la garganta. Este tipo de respiración es la que usan todos los cantantes, ya que les permite aguantar mucho más tiempo antes de su próxima respiración, y cantar totalmente relajados.
Cuando respiramos abdominalmente notaremos que nuestros hombros no se desplazan hacia arriba, cosa que cuando respiramos con los pulmones sí que sucede. Intentaremos respirar lentamente y con una breve pausa de 5 segundos entre inspiración e inspiración. La inspiración la efectuaremos por la nariz, para conseguir que nos entre aire limpio y caliente, y la espiración la efectuaremos por la boca, a través de los dientes y con la mandíbula casi cerrada.
Para comenzar este ejercicio, primero nos sentaremos y efectuaremos 5 ciclos lentos de inspiración pausa expiración pausa. Después vamos a aprender a diferenciar los estados de tensión muscular de los estados de relajación. Normalmente no nos damos cuenta de qué zonas de nuestro cuerpo están tensas habitualmente, y debido a esto, sufrimos un gran malestar.
Este tipo de ejercicios no tienen un efecto de relajación inmediato, ya que comenzaremos a notar los efectos de un cuerpo relajado a los 15 días de comenzar estos ejercicios.
Si lo deseas, cierra los ojos. Vamos comenzar provocando una tensión en tu frente elevando las cejas todo lo que puedas, pero sin hacerte daño durante unos 5 segundos. Es muy importante que durante este tiempo notes la sensación de tensión. Tras estos segundos, y poco a poco, vete relajando hasta volver poco a poco a la posición original. Tómate tu tiempo, en 15 ó 20 segundos ua estarás otra vez como comenzaste. Es muy importante que notes como la tensión que tenías antes, ha ido fluyendo por toda tu cara hasta desaparecer. Fíjate en la diferencia de haber estado tenso a estar ahora relajado.
Recuerda inspirar lentamente por la nariz, pausar, y expirar lentamente por la boca.
Ahora coloca tus labios como si fueses a dar un beso y con tu lengua, empuja hacia afuera. Aguanta unos segundos y fíjate en la tensión que sufres en tus labios. Concéntrate en esa tensión y cuando te familiarices con ella, ve relajando poco a poco tu boca hasta volver a la posición original. Atento a la diferencia de esa tensión a este momento en que la tensión va desapareciendo distribuyendose poco a poco por toda tu cara hasta dejar de existir.
Recuerda inspirar lentamente por la nariz, pausar, y expirar lentamente por la boca.
Ahora vamos a cerrar la mandíbula apretando nuestros dientes mientras empujamos el paladar con nuestra lengua. Al igual que las anteriores veces nos concentramos en sentir la tensión que sufre nuestra boca, y tras 5/7 segundos vamos relajando la mandíbula poco a poco, dejando de apretar. Lentamente devolvemos la lengua a su posición original y notamos como la tensión se va desvaneciendo.
Recuerda inspirar lentamente por la nariz, pausar, y expirar lentamente por la boca.
A continuación, relajaremos nuestro cuello, para ello intentaremos tocar nuestro pecho con la barbilla despacio y sin hacernos daño. Tensamos nuestro cuello y nos concentramos en sentir esa tensión. Tras unos segundos soltamos esa tensión volviendo poco a poco a nuestra posición original, y dejando que nuestro cuello se vuelva blando y sin la mínima tensión. Es muy importante que nos concentremos en diferenciar cómo estaba mientras lo tensábamos, y cómo está al liberar esa tensión.
Recuerda inspirar lentamente por la nariz, pausar, y expirar lentamente por la boca.
Ahora levantaremos nuestros hombros hacia nuestras orejas tensándolos hacia arriba. Tras unos segundos nos vamos relajando poco a poco mientras respiramos lenta, pero uniformemente volvemos a nuestra posición original, rechazando todo tipo de tensiones. Notamos como en nuestros hombros ya no existe ningún tipo de tensión.
Recuerda inspirar lentamente por la nariz, pausar, y expirar lentamente por la boca.
Vamos a hacer lo mismo que las anteriores veces con los brazos, estirándolos por completo, y abriendo los dedos de nuestras manos para llegar los más lejos que podamos. Después volvemos poco a poco a nuestra posición original, y poco a poco apretaremos nuestros puños cerrándolos fuertemente para notar la tensión entre nuestros dedos, que irá desapareciendo poco a poco cuando vayamos abriendo la mano a un ritmo lento, mientras respiramos lenta y abdominalmente.
El mismo proceso que hemos hecho con nuestros brazos y manos, lo haremos con nuestras piernas y pies. Igualmente estiramos por completo para ponerlos en tensión y poco a poco los devolveremos a su posición original para notar la sensación de relax.
Ahora tensamos nuestro abdomen de la misma forma que harías si previeses un golpe fuerte en tu estómago, y poco a poco lo relajamos para que la tensión fluya por todo nuestro cuerpo.
Ya hemos relajado gran parte de nuestro cuerpo. Para finalizar este ejercicio, vamos a inspirar lentamente, pausar y expirar poco a poco durante 5 ciclos. Lentamente abrimos nuestros ojos y damos por finalizada nuestra sesión de relajación.
Es conveniente realizar estos ejercicios 2 ó 3 veces por semana para poder familiarizarnos con la tensión/relajación, y que nos sea fácil pasar de un estado tenso a un estado de relax en un momento de ansiedad. De todas formas, si realizas habitualmente estos ejercicios, notarás como poco a poco tu ansiedad va desapareciendo.
Recuerda la respiración abdominal lenta inspirando por la nariz, pausando y expirando por la boca, ya que en un momento de mucha ansiedad, simplemente usando ese tipo de respiración, conseguirás relajarte muchísimo y pasar de un estado de alerta, a un estado normal fácilmente.
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