El Nuad Boran o nuat thai, es el masajes tailandés tradicional, conocido también como yoga massage, con más de 2500 años de antigüedad.
El masaje tailandés es una excelente técnica, basada en estiramientos asistidos, lentos, suaves y progresivos para ganar flexibilidad y movilidad de todo el cuerpo, el cual tienes sus origenes en el yoga milenario.
También se aplican presiones con los pulgares, palmas de la manos, pies y rodillas, de manera sensible y energética en diferentes puntos del cuerpo, al igual que en la acupuntura y el Tuina – masaje terapéutico de la Medicina Tradicional China.
En el estudio del masaje tailandés tradicional se realizan estiramientos asistidos que involucran todas las cadenas musculares del cuerpo, lo cual facilita que los músculos se estiren de una forma suave y dinámica para lograr el bienestar deseado . Los efectivos estiramientos se hacen de manera progresiva y conscientemente para mejorar la postura y el equilibrio corporal adecuado.
Curso de Masajes Tailandés Tradicional Terapéutico
En el curso de masaje tailandés, aprendes a realizan presiones en los puntos de energía que se encuentran en todo el cuerpo, con la finalidad de regular, armonizar y re-vitalizar el organismo.
En la formación del masaje tailandés terapéutico se realizan desbloqueos estructurales y movilizaciones articulares, con la intención de favorecer el flujo de la energía vital, mejorar la flexibilidad del cuerpo y aumentar el rendimiento del organismo, a la vez que se incrementa el potencial y la capacidad de autocuración.
En el curso de formación profesional de masaje tailandés terapéutico o yoga masaje asistido, se realiza o aplica sobre un soporte acolchado, con el receptor cómodamente vestido para facilitar la libertad de movimientos.
Contenido del Curso Masajes Tailandés
• Origen y evolución del masaje tailandés, la descripción y estudio de los 4 elementos de la medicina tradicional tailandesa
• Fundamentos del masaje tailandés; La circulación energética, descripción y valor terapéutico de los puntos y las líneas energéticas Sen que se encuentran en el cuerpo
• Desequilibrio y equilibrio energético con la aplicación terapéutica: digitopresión energética, movilizaciones, estiramientos de yoga asistidos .
• Dinámica corporal y técnicas de energía para aplicar el masaje tailandés con efectividad.
• Estudio y descripción detallada de la anatomía en el movimiento del masaje tailandés. Practica anatómica de cada estiramiento en el masaje tailandés.
• Práctica interactiva en cada curso de masaje tailandés: das y recibes masaje tailandés en las 4 posiciones: supina, de lado, prona y sentada
• Aprender los tratamientos de dolencias específicas y la aplicación del masaje tailandés durante el embarazo
• Precauciones y beneficios del masaje tailandés a nivel corporal, mental, emocional y energético del ser humano.
• Práctica dinámica en cada curso de la secuencia paso a paso del masaje tailandés en todo el cuerpo.
Acceso: Curso Online de Masaje Tailandés con Certificado Internacional
Recursos didácticos para facilitar tu aprendizaje en masaje tailandés:
Modelos anatómicos tridimensionales, a tamaño natural con gran precisión científica. Aplicados en la formación de masaje tailandés.
Proyección de imágenes únicas en 3-D, que facilitan la exploración y el conocimiento del cuerpo humano en los movimientos del masaje tailandés.
Audiovisuales con animación interactiva que permiten al alumno explorar todos los sistemas del cuerpo y aprender con claridad los contenidos del masaje tailandés.
Todos los contenidos del curso de masaje tailandés son explicados, con gran precisión y al detalle, para que tu formación profesional sea una experiencia enriquecedora de aprendizaje y conocimiento integral.
Bienestar y Salud a través del Masaje Tailandés
¿Reconoces el bienestar y la satisfacción que sientes cuando, después de un largo viaje, estiras las piernas y te desperezas instintivamente?, o ¿cuando pasas interminables horas tecleando en la misma posición, y súbitamente alzas los brazos, arqueas la espalda, exhalas profundamente y estiras el cuello…?
Bien, ahora imagina cuánto se puede multiplicar esa sensación de bienestar si, con el cuerpo tendido cómodamente, sin que tengas que realizar ningún esfuerzo, unas manos expertas se encargaran de movilizar y estirar tu cuerpo.
Lentamente vas sintiendo como las presiones suaves, los estiramientos y los rítmicos balanceos, van liberando tu cuerpo de los nudos de tensión acumulada bajo la piel, hasta llevarte a un estado de relajación profunda, más allá de lo que crees posible.
Gracias al masaje tradicional tailandés podemos disfrutar de esta experiencia única, que guarda la esencia ancestral de las medicinas orientales, con la finalidad de liberar los bloqueos energéticos y mantener el equilibrio necesario, entre la naturaleza del ser humano y la energía que gobierna el universo.
Por sus características y técnicas particulares el nûat thai, tal como se conoce en Tailandia, es más un terapia corporal y energética, que un masaje.
Podríamos incluso definirlo como un “yoga asistido”, ya que en su aplicación se reconocen claramente las posturas de yoga o asanas y las múltiples variantes de éstas, alcanzadas a través de los estiramientos y manipulaciones dinámicas, que realiza el masajista durante una sesión de masaje tailandés.
Esta semejanza con el yoga no resulta ser una simple coincidencia, viene dada por los orígenes y fundamentos de esta extraordinaria terapia corporal, que forma parte de la medicina tradicional tailandesa y que actualmente se extiende con gran aceptación en occidente.
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Orígenes y evolución del masaje tailandés
Durante los tiempos del reino de Siam, el territorio tailandés, fue la encrucijada de corrientes migratorias, en las que confluían diferentes civilizaciones y culturas del Sudeste Asiático.
Debido a su situación geográfica, prácticamente equidistante de India y China, Tailandia ha evolucionado bajo la influencia de ambos países, especialmente en lo que se conoce como la medicina tradicional tailandesa, cuyo origen se remonta a más de 2.500 años.
Los inicios del masaje tailandés se atribuyen a un legendario médico, del norte de la India, llamado Jivaka Kumar Bhaccha, de quien se hace mención en los tradicionales cánones pâli, como médico de cabecera de la shanga de monjes que acompañaban al Buda histórico.
En el siglo II a. C., esta forma inicial de masaje, entró a Tailandia junto con el budismo Theravāda, y continuó su desarrollo a través de la trasmisión oral de maestros a discípulos, siendo principalmente en los watts (templos o monasterios) donde se enseñaba y practicaba.
Como parte de su evolución, también recibe la influencia de la medicina tradicional china, la cual contribuye al enriquecimiento de la técnica.
Complementándose el trabajo inicial, de estiramientos y manipulaciones, con la aplicación de presiones sensibles, sobre los canales por donde circula la energía vital, que recorre el organismo.
Es así, como se inicia el masaje tradicional tailandés tal como lo conocemos hoy en día, mérito de una cultura que ha sido capaz de reunir en perfecta armonía las dos principales medicinas orientales, para crear un masaje con características propias, que se fundamenta en los principios energéticos y en una concepción holística del ser humano y, que tiene como objetivo principal reequilibrar la estructura corporal, mental y emocional, permitiendo que florezca el potencial del ser.
Sistema energético
El concepto de energía vital es el paradigma de las medicinas orientales. Esta energía que recorre nuestro organismo, a través de los canales energéticos que los surcan verticalmente, constituye la fuerza motivadora de las funciones vitales.
La energía vital representa el eslabón entre la vida del alma y la del cuerpo, dos aspectos que podríamos describir como el movimiento del pensamiento inconsciente, y el funcionamiento instintivo del metabolismo corporal. El equilibrio entre ambos, establece la base de la salud física del ser humano y se le considera fundamental para el bienestar físico, mental y emocional.
Al igual que en la ciencia ayurvédica, en la medicina tradicional tailandesa la energía vital se denomina prana. Según las escrituras tradicionales, el prana circula por el cuerpo a través de un sistema de 72.000 senderos de energía, los cuales se originan en el kanda, órgano sutil de forma ovoide, ubicado en la región umbilical, desde donde se irradia energía vital a todo el organismo.
En el masaje tradicional tailandés estos senderos de energía se conocen como las líneas sen. Existe una estrecha relación entre las líneas sen y los nadis (del ayurveda).
Además de coincidir en sus recorridos energéticos, su terminología y connotación lingüística, deriva del sánscrito. Las tres líneas principales: sumana, ittha y pingkhala son un claro ejemplo de estas coincidencias.
Para la aplicación del masaje tradicional tailandés, se han seleccionado e identificado diez líneas energéticas sen para trabajar en ellas, las cuales se encuentran vinculadas con los meridianos de la medicina tradicional china. Éstas bastan para realizar un tratamiento completo, con el que se busca equilibrar y estimular la circulación energética, a la vez que liberar los bloqueos existentes.
Consciencia corporal
Cada sesión de masaje tailandés implica una toma de conciencia corporal, que se experimenta a través de la percepción, a medida que se van sensibilizando independientemente, cada parte del cuerpo. Este estado de conciencia sensible, permite llegar a reconocer, la interrelación entre las partes y la unidad del todo, a la vez que facilita la conexión entre cuerpo-mente-espacio.
Las diferentes calidades de presión – palmar, pulgar, digital, con rodillas, codos, antebrazos y podal -, los estiramientos musculares, las movilizaciones y aperturas articulares, las percusiones y balanceos, ofrecen múltiples sensaciones corporales a la persona que recibe este masaje.
Dependiendo de la zona, se puede experimentar relajación, una liberación agradable o, bien un dolor sanador a la par de una descarga de tensión acumulada… múltiples sensaciones que trascienden al momento en sí, para evolucionar y promover el bienestar, gracias a los beneficios que proporciona este masaje.
Beneficios del masaje tailandés
Conjuntamente al trabajo sobre el sistema energético, el trabajo directo sobre el sistema articular y el músculo-esquelético, actúa en profundidad sobre la mecánica corporal. Favoreciendo la alineación de la estructura ósea, incrementando la elasticidad muscular y la flexibilidad de ligamentos, fascias y tendones.
A nivel orgánico, regula las funciones endocrinas, estimula las funciones del sistema digestivo e incrementa la capacidad respiratoria, activa tanto la circulación sanguínea como linfática, facilitando la eliminación de toxinas.
También incide favorablemente sobre el sistema nervioso central y el sistema nervioso parasimpático, aumentando la capacidad de atención y memoria. Disminuyendo los niveles de estrés y armonizando la relación psicosomática.
Las presiones ejercidas a lo largo de las líneas energéticas, seguidas de los estiramientos progresivos, permiten la liberación de emociones contenidas y abren espacios positivos de equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu, acompañados por sentimientos de plenitud, vitalidad y armonía interior.
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Estiramientos asistidos
Los estiramientos están relacionados con las acciones vitales más primarias. Al nacer, tras la primera respiración, los movimientos iniciales del bebé están dirigidos a estirar su pequeño cuerpo.
Siguiendo un impulso y una necesidad natural, desde el momento del nacimiento, se activan los reflejos de extensión y estiramiento necesarios para la libertad de movimiento, y especialmente para mantener la posición erguida. “Sentir” el estiramiento de cualquier parte del cuerpo, representa una función motriz importante y necesaria para mantener la vitalidad.
Las técnicas utilizadas en la aplicación del masaje tailandés son básicamente las presiones y los estiramientos asistidos. Estos últimos desempeñan un papel fundamental en la aplicación de esta terapia ancestral. Progresivamente, en una sesión de masaje, se van estirando las extremidades, el torso, el cuello… buscando la elongación de la musculatura, la apertura articular e incrementando la flexibilidad de los ligamentos y tendones.
Para realizar los estiramientos es muy importante partir de una postura corporal adecuada, que permita dominar y controlar cada parte del cuerpo, de manera de poder realizar, sin la aplicación de fuerza alguna, un estiramiento lento, progresivo y sostenido, hasta alcanzar, sin generar dolor, el punto máximo de estiramiento, facilitando así una mayor elongación y liberación energética.
Los estiramientos nunca se han de realizar con rapidez, ni con impulso. Se ha de tener el máximo cuidado, para poder reconocer el límite de los husos neuromusculares. Cada estiramiento se ha de apoyar en la respiración y una vez alcanzado el límite, se debe regresar a la posición inicial, recuperando el movimiento lenta y progresivamente.
A diferencia de los ejercicios de estiramientos realizados individualmente, los estiramientos asistidos pueden incidir sobre todos los grupos musculares, así como sobre cualquier eje articular del cuerpo. Al no tener que realizar ningún esfuerzo, mientras el masajista realiza el estiramiento, la persona que recibe el masaje puede concentrarse en su respiración, sin generar tensión en otras zonas del cuerpo, favoreciendo considerablemente la flexibilidad y la amplitud de sus límites aparentes.
El practicante
Según el vínculo existente entre la medicina tradicional tailandesa y los principios espirituales del budismo Theravāda, con la aplicación del masaje tailandés se desarrollan los 4 estados sublimes del alma o brahma-viharas, necesarios para alcanzar la felicidad:
Metta: amor benevolente, deseo de hacer a otros felices y generosidad.
Karuna: compasión por los que sufren con el deseo de aliviar sus sufrimientos.
Mudita: alegría y regocijo con los que tienen buena fortuna, sin sentir envidia.
Upekkha: ecuanimidad, deseo de ayudar, sin prejuicios ni preferencias.
Siguiendo estas enseñanzas, el masaje tradicional tailandés es una forma de práctica meditativa, que beneficia igualmente al receptor y al practicante.
Este último ha de mantener un estado de concentración serena, que le permita agudizar su intuición y sensibilidad, ambas necesarias para percibir los cambios energéticos y las necesidades del receptor.
Con la práctica del masaje tradicional tailandés aumenta su propia flexibilidad, al tiempo que ha de desarrollar la capacidad de “escuchar” la totalidad corporal del receptor y el movimiento interno de la energía.
En la actualidad, la formación como terapeuta de masaje tradicional tailandés, implica también una formación en anatomía y fisiología humana. Si bien se entiende que el trabajo energético es el eje central de este masaje, resulta primordial para el masajista, conocer la estructura y el funcionamiento del cuerpo humano.
Sólo así será apto para realizar su trabajo con seguridad y acierto, siempre en función de la persona que recibe el masaje, siempre atento a su postura, su respiración y a sus movimientos, que deben ser armónico y fluidos.
La sesión
Una sesión de masaje tradicional tailandés se desarrolla de una manera secuencial y dinámica, con un ritmo pausado acompañado de una respiración consciente. Puede durar de una a dos horas.
La finalidad es trabajar los cuatro elementos que engloban el estado interior, exterior y psico-espiritual de la persona, que se encuentran relacionados con las partes sólidas del cuerpo, los fluidos, la temperatura y la vitalidad física y mental.
Se comienza en la posición boca arriba desde los pies, siguiendo el recorrido de las líneas energéticas, con presiones suaves y rítmicas, con la finalidad de relajar el sistema nervioso e inducir a un estado de apertura.
A continuación se realiza una extensa serie de estiramientos en las piernas, con diferentes presiones, utilizando los pies, las manos, las rodillas y los antebrazos. Antes de llegar a los brazos se trabaja el abdomen y el pecho con suaves presiones circulares y estiramientos específicos, para estimular esta zona, que es el refugio de la energía vital, relacionada con las emociones y con la alegría interior.
En los brazos y en las manos se ejercen presiones siguiendo el recorrido de las líneas de energía vinculadas con los órganos internos, así como también torsiones suaves, que liberan los posibles bloqueos energéticos encapsulados en las articulaciones.
Se puede continuar con la posición de lado, en la que se trabajan cómodamente las líneas energéticas de las piernas y de la espalda. También se realizan estiramientos que involucran las largas cadenas musculares, alcanzando de este modo los niveles más profundos de energía.
Para continuar en la posición boca abajo, en la cual se le da una atención especial a las piernas y a la espalda, que están relacionadas con la estabilidad, el equilibrio y la fuerza vital.
Al llegar a este punto, se realizan poderosos estiramientos que nos recuerdan las posturas yóguicas, siendo sorprendente como el cuerpo, cuando es estirado de manera asistida, logra alcanzar una mayor flexibilidad y una apertura articular, lo cual permite desarrollar todo el potencial energético y fortalecer el sistema nervioso.
Para finalizar se trabaja en la posición sentada, llevando al receptor a esta postura sin ningún esfuerzo. En la parte alta de la espalda se realizan presiones con los pulgares y a los lados de la columna vertebral con la planta de los pies, a la vez que se efectúan estiramientos de los brazos.
También se hacen torsiones y desbloqueos estructurales, que facilitan el flujo de energía y la liberación de la tensión física.
La sesión termina con presiones suaves en las líneas de energía que se encuentran en el cuello, la cabeza y la cara, permitiendo liberar el estrés y restableciendo el flujo de la fuerza vital entre el cuerpo y la cabeza.
Antes de empezar el masaje tailandés
Antes de comenzar una sesión de masaje tradicional tailandés, es conveniente explicar al receptor como debe prepararse para recibirlo. Indicarle que ha de llevar ropas cómodas y holgadas, preferiblemente de tejido natural, que le permitan dejarse mover con libertad.
También es importante preguntarle si tiene algún problema, sobre todo si se trata de salud, e invitarle a comunicar cualquier incomodidad que experimente en la sesión, como consecuencia de una presión excesiva, un estiramiento más allá de los límites posibles o incluso una reacción orgánica o energética.
Es recomendable sugerirle que vacíe la vejiga antes de la sesión, e incluso en el transcurso de ésta. Explicarle la importancia de la respiración, e indicarle que puede ayudar al trabajo energético espirando cuando sienta las presiones y los estiramientos.
Juan José Plasencia
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