Cada vez es más habitual comer, merendar o cenar en sitios de comida rápida. Incluso ya muchos comienzan a ir en la hora del desayuno. Parece que se está convirtiendo en algo cotidiano que se expande a la par que la obesidad.
¿Sabes que para quemar las Calorías de una hamburguesa necesitarías andar más de hora y media a un buen ritmo? Continúa leyendo y conciénciate sobre qué es lo que comemos. Desde luego va a sorprenderte.
Analizando las Calorías que aportan las diferentes opciones de comida rápida más habituales encontramos una enorme sorpresa: Sobrepasan las 500 Calorías sin contar los complementos, como las patatas o el refresco, que pueden llegar a suponer otras 500 Calorías adicionales.
¿Estas cifras son altas? Un adulto promedio necesitará ingerir entre unas 2000 a 3000 Calorías cada día, con variaciones dependiendo de la edad, la altura, el sexo, el gasto energético que realice a lo largo del día, etc. No hay 2 personas idénticas y, por lo tanto, con las mismas necesidades.
Por lo tanto, la ingesta de comida rápida no solo supone prácticamente la mitad de las necesidades totales calóricas de un día entero, sino que encima le estamos administrando al cuerpo Calorías de bajo valor, con un elevado índice de grasas saturadas, sodio y carbohidratos.
Para hacerlo más visual puedes ver en la siguiente gráfica, a modo de comparativa, las Calorías que te aportará comer una manzana, beber una Coca-Cola de 330 mililitros, tomar 3 porciones de pizza, un Big Maco una hamburguesa Whopper.
¡El Big Mac y el Whopper sobrepasan las 500 Calorías! ¿Sumamos patatas, el refresco y el postre?
Para comprender aún mejor este fenómeno, teniendo en cuenta que al andar de manera rápida (¡6,5 kilómetros por hora!) llegamos a quemar unas 6 Calorías por minuto, puedes ver a continuación cuánto tiempo necesitarías dedicar a andar, y no despacio precisamente, para compensar una sola hamburguesa o refresco.
Como puedes ver, llama la atención que estamos hablando de más de una hora y media caminando a un ritmo acelerado para hacer frente a tan solo una hamburguesa.
Si tenemos en cuenta que cada vez más población joven adquiere el hábito de acudir a estos establecimientos, sumándole el cada vez más habitual sedentarismo, obtenemos a la larga un déficit de movimiento y un exceso de calorías que se traducen irremediablemente en obesidad, sobrepeso y diferentes trastornos patológicos como la hipertensión o la diabetes.
Deja una respuesta