Si tus padres o familiares ancianos sufren de olvidos, deterioro funcional, caídas recurrentes, dificultad para caminar, trastorno de conducta o síntomas inexplicables, es recomendable derivarlos a un geriatra para que los aconseje. Póngase en contacto con su médico de cabecera y pídale este tipo de asesoramiento para que pueda escoger entre los centros geriátricos más recomendados de Madrid o de la localodad en la que se encuentre.
En principio, esta consejería está dirigida a la población mayor de 65 años que se encuentra en alto riesgo según los siguientes criterios:
- Tratamiento regular de más de 6 medicamentos;
- Dos o más hospitalizaciones generales en el último año (incluidas las visitas a la sala de emergencias);
- 3 o más caídas recurrentes por año;
- Deterioro funcional reciente (en los últimos 3 meses) a un período anterior nación sin explicación supone la opinión del médico de familia;
- Referencia a más de 2 expertos en varios campos en el último año;
- Aparición de síndromes geriátricos no diagnosticados o no tratados;
- Falta de apoyo familiar o cambio en la estructura familiar en el último año.
En los ancianos que en ocasiones sufren deterioro funcional, una valoración geriátrica integral por un médico geriatra especialista mejora su atención. El objetivo de la valoración geriátrica global es asesorar al médico de atención primaria (médico de familia), así como al anciano, su familia y cuidadores.
Las distintas pruebas diagnósticas incluidas en la valoración geriátrica aportan:
- Respuesta y retroalimentación al médico de atención primaria por dificultades y dudas que surjan en el cuidado del adulto mayor,
- Diagnóstico de los problemas que caracterizan a la población anciana tales como: polimedicación, trastornos y alteraciones sensoriales, falta de control de esfínteres, pérdida de memoria, depresión y sugerencias para su tratamiento y seguimiento.
- Intervención en temas como mal estado nutricional y caídas recurrentes.
- Un mecanismo ayuda a clasificar al anciano y regular un marco terapéutico ambulatorio o institucional que sea apropiado para él.
- Identificar factores ambientales para la disminución de la función física e intervenir para mejorar el grupo de riesgo debido a deficiencias cognitivas y/o mentales.
- Apoyo y asesoramiento a los familiares implicados en el cuidado.
¿Qué son los síntomas geriátricos?
El envejecimiento del cuerpo provoca la aparición de enfermedades que son especialmente características de las personas mayores, además de enfermedades que existen en toda la población.
Entre las enfermedades de la vejez se pueden mencionar la demencia y el Alzheimer, la osteoporosis, el Parkinson, los problemas de equilibrio, el deterioro mental y funcional, la aparición de úlceras por presión, la falta de control de los esfínteres, los problemas de presión arterial, la depresión y más.
Un geriatra es consciente de las limitaciones de las capacidades del anciano y de su familia y, sobre todo, se preocupa por su bienestar. Más allá de eso, es esencial para la confiabilidad de los resultados de la prueba que el sujeto se sienta cómodo durante la prueba.
Un geriatra tiene un lugar central en el tratamiento del anciano, diagnóstico precoz de la demencia y manejo del tratamiento integral en cada caso específico del cuerpo.
La detección temprana y el seguimiento de los coeficientes de salud e independencia de la pareja y el seguimiento de cada adulto mayor específico son roles clave en geriatría.
El diagnóstico y tratamiento tempranos con la aparición de los primeros signos de enfermedad forman una buena base que permite al paciente progresar y dejarlo dentro de la comunidad durante los próximos años.
El buen cuidado es un cuidado diario multisistema concentrado por una persona calificada que conecta los factores que se ocupan de los diversos problemas que se ocupan de los ancianos, y en primer lugar de sus familiares.
La orientación profesional por parte de un médico geriatra especialista es un recurso único capaz de aumentar la capacidad de aprendizaje de las personas mayores y sus familias para afrontar las dificultades físicas y psíquicas. ocupándose de las necesidades únicas de cada paciente y de cada miembro de la familia mientras enfatizo sus fortalezas para que cada uno de ellos pueda funcionar y participar en las diversas actividades de su vida diaria.
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