La apendicitis es una patología muy peligrosa en donde tu apéndice se empieza a inflamar y se llena de pus, conocer los síntomas de apendicitis te puede beneficiar a detectar a tiempo y evitar complicaciones. Tu apéndice es una bolsa en forma de dedo que se sale del lado derecho del abdomen. Ha esta pequeña parte de nuestro cuerpo no se le conoce un propósito ni actividad esencial dentro de nuestra vida diaria, pero eso no significa que no pueda causar problemas ni dolor.
El dolor de la apendicitis suele comenzar cerca o alrededor del ombligo y comienza a extenderse hasta el la parte inferior del abdomen. El dolor causado por la apendicitis empieza a incrementarse durante un periodo de 12 a 18 horas y, finalmente, llega a ser insoportable y severo.
La apendicitis puede afectar a cualquier persona, pero generalmente ocurre con mayor frecuencia en personas de 10 a 30 años. El tratamiento estándar de la apendicitis es la extirpación del apéndice.
Los signos y síntomas de la apendicitis pueden incluir:
- El dolor que comienza alrededor o cerca del ombligo y se extiende hasta la parte inferior derecha del abdomen.
- El dolor y ardor se incrementa conforme pasan las horas, hasta volverse insoportable.
- El dolor se incrementa cuando toses, caminas o haces movimientos bruscos.
- Nausea
- Vomito
- Estreñimiento
- Pérdida de apetito
- Fiebre baja
- Incapacidad de eliminar gases.
- Diarrea
- Hinchazón abdominal
Se produce un dolor agudo cuando se presiona y libera rápidamente la parte inferior derecha del abdomen, este dolor es conocido como dolor de rebote.
El lugar del dolor puede variar, dependiendo de la edad y la posición del apéndice, esto puede variar los síntomas de apendicitis que se presenten en cada cuerpo. Los niños pequeños y las mujeres embarazas pueden tener el dolor del apéndice en diferentes lugares. A continuación te hago una descripción más detallada:
Principales síntomas del apendicitis
Dolor abdominal:
El síntoma de apendicitis por excelencia es el dolor que se manifiesta generalmente en la zona alta del abdomen. Por ello, puede ser confundido con otras enfermedades o alteraciones del organismo, lo que hace que el diagnóstico sea complicado y se requiera de un minucioso examen médico para determinar su existencia. Se siente primeramente una molestia que comienza a agudizarse en la zona del epigastrio y luego en la región periumbilical, es decir, en los alrededores del ombligo, por lo general del lado derecho.
Desde allí se irradia el dolor hacia la fosa ilíaca, ubicada en la parte inferior derecha del abdomen, donde se mantiene prolongadamente. En algunos casos, el dolor puede extenderse a la pierna derecha, causando complicaciones en el caminar.
Fiebre:
Otro de los síntomas frecuentes de la apendicitis es la fiebre, alrededor de los 37,5° o 38°. Si bien no es una temperatura demasiado alta, su presencia puede indicar que además de la inflamación hay una infección, haciendo más urgente su tratamiento ya que puede convertirse en peritonitis (cuando el apéndice se perfora a causa de la infección).
Náuseas:
Finalmente, la conjunción de la fiebre y los fuertes dolores puede provocar náuseas, el tercer sintoma de apendicitis más habitual. Muchas veces, los vómitos y mareos aparecen antes de que detectemos el dolor o la fiebre y podemos confundirnos con otros trastornos del sistema digestivo, como la gastroenteritis, dificultando la posibilidad de realizar un diagnóstico rápido del apendicitis. Por ello, es importante prestar atención a todas las manifestaciones de nuestro cuerpo y no automedicarnos hasta conocer cuál es el verdadero causante de nuestro malestar.
El diagnóstico
Es casi imposible que podamos advertir por cuenta propia que estamos teniendo apendicitis. Por ello, recurrir al médico es siempre la mejor opción y esto es importante recalcarlo cada vez que sea necesario. Para advertir la presencia de apendicitis, el médico iniciará el diagnóstico con una exploración física, palpando el cuerpo del paciente para comprobar las zonas por las que se extiende el dolor.
En cuanto a los exámenes de laboratorio, hasta hace unos años se creía que un simple análisis de sangre podía determinar la presencia de apendicitis en base al recuento de los leucocitos y neutrófilos, pero se ha comprobado que ello solo se manifiesta en caso de que la enfermedad esté avanzada.
Ahora, existen 3 maneras de corroborar que el apéndice está inflamado: la ecografía, mayormente utilizada para el diagnóstico en niños y ancianos; la tomografía axial computarizada, elegida con mayor frecuencia por su fiabilidad; y la laparoscopia, que si bien tiene una eficiencia cercana al 100% suele reservarse para los casos de difícil diagnóstico por su complejidad.
Si presentas cualquiera de los síntomas de apendicitis debes acudir a emergencias inmediatamente, no hacerlo podría ocasionarte alguna complicación de la apendicitis como es la peritonitis.
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