¿Te ha pasado que después de las comidas sientes mucha acidez estomacal? ¿O quizás más bien sientes un mal sabor en la boca?. Si esto te ocurre por lo menos 2 veces a la semana, después de las comidas o al agacharte o incluso antes de acostarte y presentas alivio cuando tomas antiácidos, pues ¡es muy probable que sufras de ERGE!. Así se le conoce a la enfermedad por reflujo gástrico o gastroesofágico.
Si no es diagnosticada y tratada a tiempo puede conducir a la larga a problemas mayores como lo es el esófago de Barrett que predispone aún más a sufrir de tumores esofágicos, pero ¡tranquilo! Te aconsejaremos con 6 tips claves que debes hacer para evitar el reflujo gástrico y si ya lo sufres, pues lograrás controlar tu enfermedad y enlentecer el curso de la misma.
¿Qué es el reflujo gástrico?
El reflujo gastroesofágico no es más que la regurgitación o retorno del contenido estomacal hacia el esófago, que es ese órgano tubular que conecta la boca al estómago y por medio del cual discurren los alimentos y/o bebidas.
¿Por qué ocurre esto?
Generalmente se debe a que en el trayecto del esófago existen unos esfínteres –imagínatelos como unos anillos que funcionan a modo de compuertas- que se abren y cierran durante el paso de los alimentos y que ya una vez en la digestión debe de estar cerrado, lo cual no se logra cuando ocurre el reflujo gástrico o gastroesofágico favoreciendo que la comida regrese al esófago.
¿Cómo sé si sufro de reflujo gástrico?
El diagnóstico de esta entidad se establece por estudios de imágenes como lo es la endoscopia esofagogastroduodenal, sin embargo la historia clínica con la presencia de los síntomas típicos es la mejor herramienta para sospechar de esta enfermedad.
Sus dos síntomas más frecuentes son la pirosis (sensación de ardor o quemazón detrás del pecho) y la sensación de retorno de la comida del estómago hacia la boca. Muchas veces puede dejar un mal sabor.
¿Qué debo hacer para evitar el reflujo gástrico?
1. ¡Aléjate! de las comidas ácidas, grasosas y condimentadas
El alto contenido de lípidos o grasas en las comidas o más bien aquellas muy sazonadas representan un factor importante que contribuye a que sufras de reflujo, ya que además retrasa el vaciamiento gástrico y con esto el proceso de digestión.
¡Un súper consejo para sazonar tus comidas!:
Prefiere las técnicas de cocción que menos grasas te aportan, como lo es hervir, hornear. Para sazonar utiliza hierbas aromáticas como el tomillo, romero, laurel. Evita las pimientas.
2. Evita las siguientes bebidas
Si quieres prevenir el reflujo gástrico o si ya lo padeces pues más bien controlar tu enfermedad, debes evitar a toda costa las bebidas gaseosas, carbonatadas y cítricas ya que al aumentar el contenido gaseoso del estómago favorecen la regurgitación de los alimentos, además de que empeora la distensión abdominal.
¡Dato importante!
Si eres de tomar té, evita el de menta (ya que relaja el esfínter esofágico), e igualmente las bebidas lácteas deben ser descremadas. Anímate a comer yogurt light.
3. ¡Huya del café y chocolate!
Sin duda alguna la mayoría de personas que sufren de reflujo gástrico o gastroesofágico son aquellas que poseen hábitos cafeínicos muy acentuados. El café, el chocolate y otras bebidas generalmente de coloración oscura, contienen un grado elevado de cafeína que ésta es la enemiga número uno que se debe derrotar, ya que estimula la producción de ácido por parte de las células estomacales y empeora así tu condición.
¿Un consejo?:
Cámbiate por té suaves, jugos de manzana o de pera, ya que estos contienen menos proporción de cítricos.
4. Limite el consumo de estos alimentos
¡Recuerda: Todo lo que tenga grasa empeora el reflujo! Alimentos de origen animal con alto contenido de lípidos, el tomate, las sopas muy pesadas o elaboradas con leche al igual que las salsas pastas, son los principales alimentos que debes limitar. Para evitar el reflujo gástrico se aconsejan dietas basadas en el mayor consumo de proteínas frente a las grasas, así podrás comer más carnes blancas (pollo, aves, pescados) que además ofrecen la ventaja de que poseen baja cantidad de grasa y son muy versátiles para cocinar y condimentar.
5. Para acostarse: 1, 2 y…¡Ahora!
¡Otro enemigo para el reflujo! no debes inmediatamente después de comer acostarte, ya que recuerda que el esfínter del esófago está tratando de mantenerse cerrado mientras digieres tu comida, si lo haces, por efecto de la gravedad y un juego de presiones intraabdominales, vas a favorecer el reflujo. Lo ideal es que esperes 2 horas después de la comida para acostarte.
Si tienes muchos síntomas nocturnos, te beneficiarás de colocar la cabecera de tu cama aproximadamente a 15° o aumentas el número de almohadas con el que duermes.
6. ¡Adiós al alcohol y tabaco!
Esta combinación, o bien por separado, es letal para tu estómago (y claro, para todo tu organismo). El alcohol estimula al igual que el tabaco, e inclusive el estrés, la producción de ácido, retarda el vaciamiento gástrico y disminuye la producción de saliva y otras sustancias como el bicarbonato que ayudan a contrarrestar el ácido estomacal.
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