La duración normal de un embarazo está establecida entre las 37 y las 42 semanas de gestación. Cuando el nacimiento del bebé se produce a partir de la semana 37 se habla de parto “a término”. En cambio, si se produce antes de alcanzar la semana 37, se denomina lo que conocemos como nacimiento prematuro o pretérmino.
El nacimiento antes de alcanzar la gestación completa ocasiona que algunos de los órganos y sistemas del bebé no posean un desarrollo pleno debido a la prematuridad de su nacimiento.
Dependiendo de la edad gestacional del bebé, se puede hablar de grandes prematuros y de prematuros tardíos :
- Los grandes prematuros son los bebés cuyo nacimiento se produce antes de la semana 29 de gestación.
- Los prematuros tardíos son aquellos cuyo nacimiento se produce entre las semanas 34 y 36 de gestación y que constituyen el grueso de los nacimientos prematuros. A menudo presentan el mismo peso y talla que los niños término, pero tienen mayor inmadurez fisiológica y metabólica, y riesgo de morbilidad y mortalidad.
Las posibilidades de supervivencia de los bebés prematuros han aumentado en los últimos años gracias a los cuidados especiales, mejorados por los avances tecnológicos y el desarrollo de la investigación.
Para satisfacer las necesidades básicas de un bebé prematuro, es necesario que el bebé permanezca ingresado desde las primeras 24 horas de su nacimiento en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) donde recibirá unos cuidados especiales.
Prematuros tardíos
En España aproximadamente de los 40.000 nacimientos prematuros que se producen, 35.000 (un 88%) son prematuros tardíos.
Actualmente, el prematuro tardío comienza a recibir unos cuidados específicos debido al drástico aumento de nacimientos y a la evidencia creciente de que su condición de vida óptima es menor que la de los nacidos a término. En este sentido las pautas de asistencia al prematuro tardío están siendo revisadas por algunos hospitales en España, desarrollando un protocolo para sus cuidados y una monitorización cerrada, con el fin de minimizar la morbilidad asociada.
Las complicaciones más frecuentes del prematuro tardío en el período neonatal inmediato son alteraciones en la regulación de la respiración, control de la temperatura, el metabolismo de la glucosa y de la bilirrubina y la alimentación efectiva. Igualmente son más vulnerables a padecer infecciones respiratorias y a tener un reingreso por esta causa.
CUIDADOS ESPECIALES
Un bebé prematuro es más vulnerable a las enfermedades y más sensible a todos los estímulos del exterior (luz, ruido, temperatura, etc.), por lo que necesita unos cuidados especiales. Por esta razón, estos bebés permanecen tras su nacimiento en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) del hospital en el que nacen. Las unidades están diseñadas de tal manera que puedan tener una progresión óptima fuera del útero materno.
Las necesidades básicas de un bebé prematuro en este periodo son:
- Nutrición. La alimentación de estos bebés se realiza al principio, a través de una sonda introducida por la boca o la nariz del bebé y, a partir de las 32 ó 34 semanas, directamente del pecho de la madre. Los expertos recomiendan encarecidamente la alimentación mediante leche materna para optimizar el desarrollo del bebé prematuro.
- Calor. Mediante las incubadoras o cunas térmicas se consigue que el cuerpo del bebé mantenga la temperatura necesaria para un desarrollo más rápido.
- Contacto materno. Además de los cuidados que estos bebés reciben para poder satisfacer sus necesidades, es muy importante la unión con la familia, principalmente con la madre, puesto que, el contacto les hace sentirse menos desamparados y sufren menos estrés.
En la UCIN, los cuidados de los bebés prematuros están estrechamente relacionados con sus necesidades. Por ello, cuando nace, el bebé es llevado a una incubadora o cuna térmica, que mantiene su temperatura. A veces, cuando se trata del caso de un bebé que nace con el aparato respiratorio menos desarrollado, se utiliza un respirador o ventilador, que se encarga de ayudar al bebé a respirar.
Cuidados Centrados en el Desarrollo (CCD)
Estos cuidados tratan de mejorar la calidad de vida y el desarrollo del bebé durante su estancia en el Hospital a través de intervenciones que favorecen la unidad e interacción entre el recién nacido y su familia.
Los CCD comprenden medidas de mejoras en el ambiente que rodea al bebé (luces, ruidos.) así como medidas del “microambiente” (postura, manipulaciones.). Se trata adoptar una serie de medidas, como controlar el ruido en la UCIN (bajar el tono de voz, los sonidos de las monitores que controlan las constantes vitales de los bebés, evitar los móviles.), cubrir las incubadoras o los ojos de los bebés para que la intensidad de la luz no los dañe, sensibilizar al personal (tanto médicos como enfermeras), utilizar barreras suaves para controlar la postura de los bebés y mantener la flexión necesaria, utilizar como analgésico la sacarosa cuando sea necesario o favorecer el contacto de los padres y familiares con el bebé, para que puedan cuidar a sus hijos y fomentar la lactancia materna
El método madre canguro consiste en favorecer el desarrollo del recién nacido prematuro mediante estímulos positivos que surgen del vínculo de los padres con el bebé ya que, de esta manera se conocen y aumenta la confianza entre ellos. Así, mientras el bebé está con su madre, sin que exista una separación, se le puede examinar y observar sin necesidad de hacerle pruebas que le perjudiquen y le hagan sentir desamparado.
Gracias a este tipo de cuidados mejoran los períodos de sueño, se reduce el estrés y se logran unas constantes más estables del bebé prematuro.
INCIDENCIA DE LA PREMATURIDAD
La Organización Mundial de la Salud detalla las tasas de nacimientos prematuros en todo el mundo: uno de cada diez, de los casi 130 millones de nacimientos anuales en el mundo, son prematuros. La organización ha constatado un drástico aumento de los nacimientos pretérmino en los últimos años.
En concreto en España más de 34.000 bebés nacen prematuros cada año. Esto significa que el 8,2% de los nacimientos se producen antes de completar las 37 semanas de gestación.
Los avances en tecnología e investigación en neonatología han permitido que la supervivencia de los bebés prematuros sea cada vez mayor. El reto hoy es minimizar las secuelas del nacimiento prematuro y mejorar su calidad de vida.
CAUSAS DE LA PREMATURIDAD
Si bien no existe una causa concreta e identificada para la prematuridad, sí se conocen algunas circunstancias determinadas que pueden motivar el nacimiento prematuro:
Las causas más comunes pueden ser:
- Estilo de vida de la madre: el riesgo de prematuridad del bebé aumenta cuando la madre no tiene una alimentación correcta durante el embarazo o tiene algún trastorno alimenticio, es fumadora, toma alcohol, tiene estrés laboral o no descansa el tiempo necesario.
- Forma de quedarse embarazada: cuando una mujer se queda embarazada mediante técnicas artificiales de fecundación, como la fecundación en clínicas de fertilidad, tiene un mayor número de probabilidades de que su bebé sea prematuro.
- Tipo de embarazo: si se trata de un embarazo múltiple o de un embarazo no controlado, hay un riesgo mayor de que el parto sea prematuro.
- Afecciones médicas de la madre: un parto puede ser prematuro cuando la madre tiene problemas de salud durante el embarazo, como diabetes, hipertensión, infecciones. O si ya ha tenido un parto prematuro.
- Edad de la madre: si la madre es muy joven (menor de 19 años) o es mayor de 40 años hay un riesgo mayor de que el niño sea prematuro.
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